Hace décadas, la despensa definía a una estancia fresca donde se almacenaban alimentos, antes de utilizarlos.
Eran espacios comunes en las casas, antes del uso generalizado del refrigerador (también conocido como frigrífico o nevera) que se dio desde mediados del siglo XX.
Existe muchísima documentación fotográfica que demuestra que la mayoría de las casas solían tener su despensa y cocina hacia el norte, de tal manera que estuvieran orientadas, hacia el lado donde recibieran menos sol.
En contraparte, en países del hemisferio sur, como Nueva Zelanda y Australia las despensas eran colocadas en el lado sur de la casa, por la misma razón: mantenerlas frescas.
La función histórica de los cuartos de despensa.
Muchas despensas fueron construidas con pequeñas ventanas sin vidrio, con la abertura cubierta por una fina malla, a fin de permitir la circulación libre del aire, evitando el acceso a las moscas.
Algunas se decoraron pintadas de blanco o con cal, para simplificar la limpieza.
Las despensas más antiguas, y especialmente las de las casas más grandes, contaban con ganchos en el techo para colgar piezas de carne (Jamones, por ejemplo)o de caza. Posteriormente, se les agregaron recipientes aislantes para el hielo, anticipando así el desarrollo futuro de los refrigeradores.
En una casa moderadamente grande del siglo xix, todos estos cuartos se ponían tan abajo en el edificio como fuera posible, para utilizar la humedad de la tierra para, conservarlos a baja temperatura.
La despensa, hoy en día.
Muy pocas casas modernas tienen despensas en el sentido antiguo; hoy se denomina despensa a armarios; o en el mejor de los casos a habitaciones pequeñas, situadas normalmente junto a la cocina, donde se guardan las bebidas y alimentos envasados.
La despensa facilita el día a día, evita que los productos caduquen. En ella se agrupa por categorías: desayuno, aperitivos, pasta, conservas, etc.
Lo más pesado en la parte inferior, para evitar subir o cargar elementos más densos, como botellas o tarros.
Un cuarto/armario de despensa debe ser:
- Tan fresco como sea posible
- Cercano a las áreas de preparación de alimentos
- Protegido de la entrada de de insectos.
- Fácil de limpiar.
- Equipado con armarios y estantes disñados para almacenar alimentos.
10 tips para tener una despensa organizada.
- Lo primero es, ubicar la despensa en un lugar conectado con la cocina.
- Es mejor equiparla con el máximo posible de recursos, equipo y mobiliario, que permitan la posibilidad de tener todo localizable.
No hay nada mejor como estar cocinando y saber que los productos que necesitas se encuentran correctamente dispuestos y separados por grupos. - Categoriza la comida.
Para ello, sigue la regla de: “Lo primero que se coloca en la despensa es lo último que se saca o utiliza”.
Esto es, ubicar los ingredientes que menos se utilicen detrás, mientras que los más habituales se pueden poner delante.
Los frascos más chicos se situarán en primera fila y, de este modo, no ocultarán a los más grandes, ubicados al fondo. - Coloca la comida y clasifica el resto de utensilios y alimentos en diferentes partes.
Para ello, periódicamante hay que revisar clasificación para que la alacena o las estanteras muestren todos los recursos de forma clara y concisa. - Si guardas productos como sal o harina en recipientes opacos, etiquétalos y que queden visibles.
- Existen múltiples formas de organizar una cocina o una despensa. Podemos auxiliarnos también del uso de sacos, recipientes de vidrio o plástico, tarros de cristal, cajas de madera, cestos de metal, etc.
- Emplea recipientes transparentes para todo lo que se pueda; y usa cajas para todo lo demás.
- Periódicamente ¡etiqueta todo!
- No podemos olvidarnos de bebidas como el vino. Tu despensa puede ser el lugar para iniciar una pequeña vinoteca, donde disponer las botellas para que se puedan sacar con facilidad.
- PARA VIVIENDAS PEQUEÑAS. Si dispones de espacio en la cocina, coloca tu despensa de manera visible, en un hueco o rincón dónde tengas espacio. Instala unos estantes de madera y pinta la zona de la despensa para diferenciar y separarla de otros espacios.